Calibre

Lupas, pinzas, destornilladores, limatones… Son solo algunas de las herramientas que se pueden encontrar en la mesa de un artesano relojero. Manejadas con habilidad, oficio y técnica, permiten la práctica de la relojería como arte del diseño, la construcción y el mantenimiento de los relojes; el cuidado de los dientes de ruedas y piñones, la lubricación del calibre, el enrollado del muelle real, etc. forman parte de las operaciones que un relojero debe realizar para que el mecanismo del reloj funcione correctamente.

La propuesta para la Pasarela Puerto – Ciudad en las Palmas recoge varios de los aspectos que caracterizan el arte clásico de la relojería, y que podrían resumirse en que para asegurar la eficacia del funcionamiento de un sistema se necesita de la perfecta interacción de todos sus elementos.

La capital de Gran Canaria es una ciudad compleja en su evolución histórico-urbana. De modo similar a otras ciudades portuarias de Europa o América, el puerto ha desempeñado un papel protagonista en su desarrollo. En el pasado, las áreas existentes entre las ciudades y sus puertos generalmente han sido objeto de abandono y renovación urbana posterior, y como sucede en el caso grancanario, el Puerto de La Luz y su segmento territorial correspondiente entre La Isleta y el centro no son una excepción. Por otro lado, el interés del público hacia las zonas frente al mar ha cambiado en las últimas décadas, fomentándose nuevos lugares para la actividad comercial y de ocio, y así se denota en el esfuerzo que tanto Ayuntamiento como Autoridad Portuaria de Las Palmas comparten para conseguir una ciudad de mejor calidad.

En este acercamiento hacia una integración urbana-portuaria, la propuesta se caracteriza no sólo por una estrategia de conexión, sino además por un cierto interés en cualificar los espacios limítrofes. El objetivo principal consiste por tanto, en realizar una conexión física entre ambos espacios, puerto y ciudad, entendiéndose ésta como una oportunidad de recuperación del ámbito existente en torno a la pasarela, en concreto, el Mercado del Puerto de La Luz y el Muelle de Sanapú, a través del tratamiento del espacio público.

La pasarela se concibe como una infraestructura de movilidad, a la vez que como un auténtico dispositivo geográfico. Ésta actúa precisamente en la zona más estrecha del istmo de Guanarteme, enraizándose en el lugar mediante un sistema extensivo de espacios públicos circulares basados en la generación de los recorridos de la propia pasarela, que capturan con naturalidad las áreas a conectar, produciéndose un cosido urbano de tal consistencia que llega a resultar un único trozo de ciudad.

La propuesta pretende que este espacio de extrema potencialidad para Las Palmas, lugar de intersección de equipamientos urbanos de vital importancia, como el Mercado, el Muelle de Sanapú, se transforme en un nuevo hito urbano tanto para los canariones como para la actividad turística procedente del Puerto. La actuación domina a nivel geográfico y territorial el istmo, por su escala y rotundidad geométrica, mientras que dialoga de manera más localizada con el edificio del Mercado o con el propio viario de la Avenida Juan Rodríguez Dorestes, al superponerse a su trazado curvo dominante, añadiendo diferentes recorridos en múltiples direcciones y tangencias.

Dicho sistema de elementos circulares actúa con una doble vertiente. Por un lado, es capaz de reconocer los límites de la ciudad y puerto existentes, mientras que por el otro, dichas elementos se relacionan entre sí, creando nuevas tangencias e intersecciones urbanas capaces de otorgar a los isleños de nuevos recorridos, lugares de estancia y oportunidades de socialización.

La pasarela propiamente dicha, se configura como uno de los elementos pertenecientes al sistema. Se caracteriza por su misión principal de conexión, aunque siendo capaz de ofrecer una experiencia paisajística de la ciudad de especial interés gracias a la multidireccionalidad que posee su forma circular. Desde ésta se ramifican tangencialmente en sus extremos Este y Oeste los recorridos en rampa y en escalera, los cuales a su vez, se relacionan con el resto de elementos circulares del parque, bien sean jardines o plazas de pequeñas dimensiones.

El trazado generoso en círculos de las rampas permite además de un diseño de espacio público atractivo, cumplir satisfactoriamente con los reglamentos estatales y autonómicos de accesibilidad. De este modo, la posibilidad ordenar el tráfico de peatones y bicicletas se lleva a cabo de forma eficaz. La materialidad de la pasarela en sí, se compone principalmente de dos elementos, hormigón blanco y revestimiento de madera hacia el interior, ofreciendo una imagen icónica desde su entorno y una sensación más doméstica cuando se usa desde su interior. Los cambios de materialidad en los distintos tipos jardines y de pavimentación, junto a la disposición estratégica de los asientos, permiten una lectura en continuidad del sistema, como una secuencia áreas ajardinadas y espacios de estancia relacionados entre sí.

Presupuesto:

Presupuesto de ejecución material: 1.160.500 €

Capítulo
Importe €
1
Demoliciones
18.000,00
2
Acondicionamiento del terreno
65.000,00
3
Red de saneamiento
32.000,00
4
Cimentaciones
125.000,00
5
Estructuras
315.000,00
6
Pavimentos
175.000,00
7
Revestimientos
105.000,00
8
Instalación de iluminación
78.000,00
9
Equipamiento urbano
6.500,00
10
Jardinería
108.000,00
11
Seguridad y salud
65.000,00
12
Control de calidad y ensayos
35.000,00
13
Gestión de residuos
33.000,00


Es posible estructurar la propuesta en dos fases de ejecución:

  • La primera aquella que contempla las obras de la pasela propiamente dicha, con sus rampas y escaleras (capitulos de estructuras, cimentaciones, revestimientos,etc).
  • En una segunda fase, la urbanización de los espacios del alrededor, plazas y jardines.

La obra de ajardinamiento consistirá en en aprovechamiento de las especies arbóreas y arbustivas existentes, mediante su replanteo en la nueva distribución, además de la adición de algunas nuevas especies.