Entre dos horizontes

Las Palmas de Gran Canaria es una ciudad con un doble horizonte. Entre sus calles aún subyace la geografía original que abarca las dos orillas del Istmo de Guanarteme, hacia el Este y hacia el Oeste. El posterior desarrollo urbanístico de Las Palmas fue ocultándolo hasta desaparecer en su práctica totalidad.

La calle Tenerife coincide con el paso más estrecho del istmo de Guanarteme, en el punto de conexión del istmo con La Isleta. Es su calle trasversal más ancha, tiene uso peatonal y actualmente concita gran actividad comercial y de ocio en la ciudad.

La propuesta surge por la intención de unir ambas orillas de manera cómoda y eficaz, y garantizar las condiciones de accesibilidad y movilidad que hoy resultan imprescindibles.

La pasarela tiene una directriz completamente recta, en continuidad con la dirección de la calle Tenerife. Un mirador capaz de relacionar ambas orillas, actualmente separadas por una barrera de tráfico rodado.

La pasarela

El arranque de la pasarela sobre la calle Tenerife se coloca sobrepuesto a la rampa de acceso para coches que existe en paralelo a la fachada del Mercado del Puerto de la Luz. De esta forma su ubicación no supone un obstáculo añadido en la ocupación actual de la calle.

Desde la calle Tenerife la pasarela debe alcanzar el gálibo necesario para salvar el tráfico de la calle Eduardo Benot, ello implicaría una rampa de pendiente excesiva. Ante esta realidad, se plantea la idoneidad de ubicar una doble Rampa Mecánica, de acceso y descenso, que posibilite un acceso seguro y fácil, además de ser por sí misma un aliciente que anime su trasiego.

La pasarela atraviesa el pequeño parque situado frente al Mercado de La Luz, oportunidad para anteponer un bosquete de palmeras plantadas en ambos lados, de manera que la pasarela discurra entre ellas. Un grato contraste entre la masa de arboles y sombra de su inicio y la barrera viaria posterior.

Atravesado el parque, la protección se prolongará con una sucesión de pequeños baldaquinos sobre los antepechos de la pasarela a manera de naturaleza artificial. Se trata de una estructura ligera de bastidores de acero que sustenta un sistema de telas tensadas. Ello ofrece un tránsito a resguardo de las inclemencias, allá donde el paso se encuentra más expuesto.

Una vez alcanzada la cota de gálibo, la rampa discurre en horizontal hasta llegar al extremo del muelle de Sanapú, donde forma un balcón-mirador. El desembarco sobre la superficie del muelle se resuelve con una gran rampa que se derrama ampliando su anchura progresivamente hacia el Sur. Sobre esta se intersectan, transversalmente al muelle, sucesivos tramos de escaleras que, a manera de gradas, buscan asomarse al paisaje del Puerto de la Luz y la bahía.

De igual manera, la pasarela conectará con el carril bici que llega desde la península de La Isleta por la avenida de Juan Rodríguez Dorestes, por medio de una rampa que marcará el límite del parque del Mercado de La Luz con la carretera.

La estructura

La pasarela queda conformada por dos grandes vigas-cajón metálicas que discurren en paralelo, cuyo canto abarca los antepechos laterales que envuelven el discurrir de las personas sobre el tráfico, con la voluntad de ofrecer una agradable sensación de seguridad.

Son 2 vigas continuas apoyadas en muros de igual anchura que la pasarela, colocados de manera longitudinal y tangente al tráfico. Están situados en los extremos de los viales y en el parterre medianero. Estos muros se construyen con la piedra volcánica de la isla, con idea de asociar su construcción a la geología del lugar y diferenciarlo de la estructura viaria.

Los apoyos de las vigas-cajón sobre los muros de hormigón quedan sutilmente realzados con leves ondulaciones en la arista inferior de las vigas, que rigidizan estos puntos y mejoran su comportamiento en esfuerzos de torsión. En contraposición, el pasillo interior forma un canal recto flanqueado por las dos grandes vigas y unidas por un tablero de piezas trasversales, cuya aparente ligereza resalta la fortaleza de las vigas.

Con el apoyo en tramos sucesivos se logra que el canto de las vigas no sea excesivo y se facilita la posibilidad de su prefabricación en taller y posterior colocación en obra. De esta manera se minimiza la interrupción del paso de vehículos durante las obras en una vía de gran flujo de tráfico.

El acabado en color metálico conferirá a la pasarela la imagen de fortaleza que se pretende, una tonalidad y textura adecuada ayudará a apreciar las sutiles ondulaciones de su perfil inferior, que definen su comportamiento estructural. Su limpia presencia contrastará con la textura y color de los muros sobre los que se apoya, envueltos en piedra volcánica.

En definitiva, un hilo conductor que confirma la estructura urbana, que ofrece un recorrido amable y procura un delicado modo de posarse en el puerto y la ciudad .

Presupuesto:

Presupuesto de ejecución material: 1.060.000,00 €

Capítulo
Importe €
1
Trabajos preliminares
35.000,00
2
Cimentaciones
80.000,00
3
Pilas (muros) y estribos (rampa mecánica, grada escalera)
280.000,00
4
Tablero
210.000,00
5
Rampa mecánica
180.000,00
6
Pavimentos
35.000,00
7
Iluminación
50.000,00
8
Cubrición
30.000,00
9
Urbanización
90.000,00
10
Señalización
5.000,00
11
Gestión de residuos
10.000,00
12
Seguridad y salud
55.000,00